CONVOCATORIA

Este blog pretende reunir un trabajo colectivo de escritores convocados a través de nuevas tecnologías como Facebook y Twitter.
Las Historias Rosas de Alcoba son narraciones románticas con un tinte erótico que se pretenden entrelazar en una sola historia. Si te interesa unirte a este proyecto envía tu historia a ruletaurbana@gmail.com.
Bases:
Letra Arial 12
Doble espacio
Máximo 12 cuartillas

miércoles, 27 de enero de 2010

Por: La balada despeinada

Tus manos perfectas.

Tocas a mi puerta y yo supongo que lo haces tranquilo, con tu chaqueta beige y tus manos perfectas. Te abro y espero que llegue a mí tu sonrisa grande y tus orejas chicas. Espero a que subas el martirio de mis escaleras para poder abrazarte y olerte de nuevo. Por fin lo haces y me desploma por un instante tu presencia, tu figura.
Suelo disfrutar estos momentos en mí guarida mucho más que las salidas y los bares. Me gusta platicar hasta las 3 de la mañana, justo cuando creemos que nos queda el tiempo suficiente de noche para consumirnos mutuamente. Pero antes de eso, me aplico en atenderte y consentirte, me encanta que te quites la camisa y los zapatos, que te sientas mas cómodo que en tu propio hogar. Tu compañía es adictiva como el café por la mañana y de la misma manera me pone alerta, coqueta. Porque contigo me siento coqueta, sensual para arrebatarte el vaso de la mano y treparme en tus piernas para que me quites la blusa y me acaricies lento, con calma.
Mientras me cuentas de tus planes y tus sueños, fumas tu cigarro y yo siento que ya me estás haciendo tuya, que ese instante cuando inhalas soy yo la que está en tu boca y tu exhalar es el suspiro de cansancio satisfecho y aguerrido. No quiero que dejes de hablar porque me gusta verte, cruzado de piernas tomando el whisky sin soda, tratando de convencerme con tus palabras dulces, exageradas, se bien que exageradas, pero que en ese momento las siento verdades.
Ya no puedo aguantar más y te pido ir a dormir, no tengo sueño y tú tampoco. Los dos sabemos que dormir es la clave para nuestras caricias. Fingimos que las cosas se dan casualmente, te doy la espalda y me abrazas, me besas el cuello y siento pequeñas descargas eléctricas. Me volteo y dejamos que los cuerpos hablen, que la ropa se caiga, que el mundo gire.
Me besas toda y yo comienzo a sentir que las descargas suben de intensidad, tu solo tacto sería suficiente pero quiero más, claro que quiero más de ti. Nos reímos por momentos porque este amor necesita de la risa, de las sonrisas que nos excitan.
Me consumes y mi mundo se cierra para ti, no hay otra ciudad, no hay otra persona, otro momento más que este. Solo existen tú y tus manos, esas manos de hombre que quiero por todo el cuerpo. Quiero probar tu sudor, morderte, comerte.
Te quiero a ti por sobre todas las cosas, por sobre todos los hombres. Quiero que estés aquí siempre, conmigo, no tener que compartirte con horarios, con ninguna rutina, con ninguna rival. Probablemente así, la próxima vez que te vea dejemos de fingir esta amistad corrompida por la pasión.

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